En la estepa cerealista, los cultivos de cereal de secano dominan el hábitat, ya sean de cebada o de cualquier otra especie vegetal. En estos ecosistemas la diversidad está reservada a la fauna. Se establece un interesante mundo de relaciones entre animales que dependen de un mismo recurso y que, por tanto, oscila al ritmo impuesto por el calendario del cereal.
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